25-11-2009 - Carmen M. Gutiérrez - Fotografías: Gustavo San Miguel La plaza de Luca de Tena perderá en unos meses su condición de ser la zona residencial de Madrid más contaminada. Y no porque la situación haya mejorado, sino porque dentro de la reestructuración de la red de control de calidad del aire se eliminará esta estación de medición. Los vecinos se debaten entre el desconocimiento y la oposición a esta medida.
Con la nueva red de medición de la calidad del aire, la plaza de Luca de Tena, en Delicias, perderá su estación de contaminación y dejará de salir en los documentos pese a que hasta ahora figuraba como el barrio residencial más contaminado, debido principalmente al gran tráfico que soporta. En 2008 fue, tras las estaciones de la Castellana, la tercera, de las más de 20 que hay, en dióxido de nitrógeno, superando en más de un 50 por ciento los niveles que estarán permitidos a partir de enero. En partículas en suspensión fue la que peores datos registró. "Nos parece grave porque la estación está reflejando un problema de salud pública y no habrá forma de controlarlo", indica Ángel Lomas, de la Asociación Nudo Sur. Estos vecinos reclamaron en el periodo de alegaciones que se mantuviera aunque no estuviera dentro de la red que comenzará a instalarse el próximo año. "Si no se consigue reducir la contaminación de una manera, lo hacen de otra", protesta José Victoria, dueño de una mercería situada en la propia plaza. Los cambios en la red que se realizarán el próximo año modificarán la ubicación de casi todos los puntos de control. El Ayuntamiento afirma que es para adaptarse a la normativa europea y espera "medir mejor la contaminación en la ciudad", según indicó una portavoz municipal a este digital. El nuevo modelo escogido podría haber sido más exigente, ya que la normativa da un margen a las administraciones y Madrid ha tirado por lo bajo en el reparto entre estaciones de tráfico y estaciones de fondo -que miden el nivel de exposición de los ciudadanos y pueden estar en parques-, como ha denunciado Ecologistas en Acción. Zona de juegos infantiles El portavoz de esta organización, Paco Segura, indica que el Ayuntamiento va a retirar las estaciones más problemáticas "para eludir el problema por la vía de que no se conozcan los datos". Este ecologista explica que, para el Ayuntamiento, el punto negro de Luca de Tena se debe al microclima que existe en esta zona situada en la parte baja de la ciudad, pero se pregunta por qué, de ser así, no retiran también las cuatro zonas de juegos infantiles que hay en la plaza o ponen carteles de aviso. Una vez que entre en marcha la nueva red, la estación más cercana estará en Méndez Álvaro, dentro de un parque, según denuncia la Asociación Nudo Sur. Desde el Ayuntamiento aseguran que van a seguir estando "igual de atentos" a los problemas de Delicias, aunque el barrio quedará fuera de la zona de baja emisión en la que se restringiría el tráfico en caso de no cumplirse la normativa. Se da la circunstancia de que, a efectos legales, solo se tiene en cuenta la media de toda la ciudad y no la situación de zonas determinadas como Delicias. Los vecinos señalan que muchas de sus casas están más cerca, incluso, que la actual estación en la que se han registrado concentración de gases que "multiplican" los permitidos, según señala la Asociación Nudo Sur. Recoger firmas La eliminación de la estación de Luca de Tena no preocupa por igual a todos los vecinos. Los ancianos que se sientan en la plaza son conscientes de los niveles de contaminación que soportan, pero piensan que con estación o sin ella sufrirán la misma situación. Están más preocupados por la inseguridad. También hay gente que, pese a ver la estación -un cubo metálico de color verde botella- durante años aún no sabe para qué sirve. De lo que sí han oído hablar, por lo general, es de que viven en una de las zonas más contaminadas. "El traslado me parece digno del Ayuntamiento", afirma una vecina enfadada llamada María. "Si está en un sitio con mucha contaminación, deberían mantenerla o dejarla cerca", sugiere el dueño de la mercería. "¿Se la van a llevar? Deberíamos recoger firmas", indica Sabino, quien no puede dormir hasta la madrugada por el ruido de los coches.
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